Mi madre me calienta con sus tetas operadas porque me quiere follar.
Tanto insistió la puta de mi madre, que al final fui débil y terminamos follando. Es que es imposible no excitarse con esas tetas operadas. Me recibía en la cocina con su bata abierta mientras sus pechos y su coño estaban a la vista. Pero me entregué cuando comenzó a tocarme la polla y los huevos. Luego de eso se arrodilló y me dio una caliente mamada. Se la metía entera hasta la garganta. Cuando ya no la pudo poner más dura, se puso de pie y me dio la espalda. Se la metí por le coño desde atrás y estuvimos follando de parado un buen tiempo. Al final la puse sobre el mármol de frente y con las piernas abiertas. Se la metí bien duro hasta que me vine adentro. Fue un final muy excitante.