Se intercambian a sus hijas para probar coñitos jóvenes
Penelope Kay está enseñándole las tetas al padre de su amiga, Coco Lovecock, porque le pone cachonda la idea de follarse a un hombre mayor. Pero su amiga se da cuenta de lo que está pasando y llama al padre de Penelope para contárselo. Cuando los dos hombres se encuentran se comienzan a pelear, pero las chicas encuentran una forma de que todos estén contentos: intercambiarse para que se las follen ahí mismo en el sofá bien juntitas como buenas amigas. Las dos putas cumplen su sueño de follarse a un viejo y les sacan todo el jugo a las pollas de los padres, que no se creen que hayan podido criar a dos hijas tan putas.